Esa mañana me desperté bastante mejor. Me sentía con más energía, más protegido y con positividad. Ya no me sentía incómodo en mi casa. Ese día quedé con Lara y estaba cansada. Cuando la vi me puse nervioso, como si hubiera alguna cosa con ella. Su mirada era de cansancio y de negatividad. Cuando llegó la noche y me fui a dormir estaba bien. Me dormí sin problemas después de 2 noches incómodas y con malas vibraciones. En cambio al día siguiente Lara me explicó lo que le pasó por la noche. Se apagaron las luces de su casa, empezó a ver la tele sobre las 3 de la madrugada y de repente oyó como si la tele hubiera petado pero sin petar. Fue un golpe muy fuerte y que nunca antes había pasado. A pesar de esto no le pasó nada mas grave por suerte. Desde esa noche estábamos cansados tanto ella como yo durante un mes. Luego un amigo intentó deshacerse del pontianak con unos instrumentos y pareció que funcionó.
PRÓXIMA NOTICIA: Vencemos al pontianak.