viernes, 1 de febrero de 2013

Melinda, la fantasma del Garraf IV


Pedro y yo decidimos volver al Garraf en busca de Melinda a principios de Enero de 2012.

Decidimos ir el día 2 de Enero y el plan consistía en ir hasta Sitges por las costas y volver. Unos días antes soñé con Melinda y el sueño consistía en que Pedro y yo, íbamos con mi coche por las curvas. De repente Melinda aparecía en el asiento trasero del coche mientras yo la miraba a través del retrovisor. Yo la observaba un poco intranquilo y ella me sonreía tímidamente. He contado este sueño porque fue mi primer sueño premonitorio.

Entonces llegamos al desvío y empezamos a adentrarnos por las curvas. De momento todo iba sobre ruedas, nunca mejor dicho. Pedro me decía que no mirara atrás, porque la leyenda cuenta que se aparece en el asiento trasero. Hubo un momento, a escasos minutos desde que empezamos las curvas, que tuve la sensación de que en el asiento de atrás podría haber algo. Miré pero no vi nada. A los pocos segundos noté como si hubiera alguien detrás, no quise mirar pero alguna cosa me llamaba ahí atrás. Acabé mirando por el retrovisor a ver si realmente había algo, y vi a la perfección, durante varios segundos, al espectro de Melinda. Parecía una alucinación pero no lo era porque me miraba, sonreía tímidamente y se movió hacia un lado del asiento trasero. De repente desapareció. No le dije nada a Pedro. Prefería contárselo al llegar a Sitges. Pedro durante el trayecto de ida, se extrañó conmigo porque yo estaba un poco ausente.

Al llegar a Sitges le conté a Pedro lo que vi y entendió porque mi actitud ausente. La vuelta por las curvas fue bastante peculiar y raro. Solo empezar las curvas, Pedro no paraba de mirar hacia atrás, como si hubiera visto u oído algo en la carretera. Durante el trayecto de las curvas, Pedro se asustó bastante conmigo porque él intentaba darme conversación pero mi mente no estaba allí. Se me pasaron las curvas en 2 minutos porque mi cabeza estaba en otro lugar. Yo decía cosas sin sentido y pareció ser que durante el trayecto de vuelta, Melinda contactó conmigo a través de mi mente. Yo solo era consciente de que estaba dentro del coche pero no sé cómo pude conducir en ese estado. Al llegar a casa pensé que si Melinda llega a ser mala o estar enfadada, nos habría provocado un accidente porque, según lo que viví, yo puedo asegurar que no conducía conscientemente. Alguien me estaba guiando. Giraba el volante sólo, con mis manos apoyadas sin fuerza al volante. Fue salir de las curvas y fue cuándo reaccioné y vi a Pedro mirándome y preguntándome cómo estaba. Me explicó que yo había estado muy ausente, diciendo tonterías y cosas sin sentido.

Después de esa experiencia, me di cuenta que Melinda no era tan mala como dicen algunos.

 En mis próximas noticias contaré porque motivo quise volver a saber más sobre Melinda. 

PRÓXIMA NOTICIA: HOTEL COLÒNIA PUIG (Montserrat).


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